El pasado mes de febrero Facebook compraba el servicio de mensajería instantánea Whatsaspp por US$19.000 millones, hecho que se adelantaba a publicar el fundador de la red social, Mark Zuckerberg, en su en su propia página de Facebook. Aunque tanto desde Facebook como desde Whatsapp se han apresurado a asegurar que la aplicación de mensajería instantánea seguirá operando como un servicio independiente y autónomo al de la red social, esta adquisición ha hecho que muchos de los usuarios de Whatsapp se cuestionen la posibilidad de que esta compra pueda afectar de algún modo a su privacidad.
No obstante, parece que este temor no es infundado, puesto que, como se recoge en el blog latercera.com, esta venta puede terminar desencadenando diversas investigaciones en el entorno de la Unión Europea para saber cómo se terminarán utilizando los datos personales de los clientes de Whatsapp por Facebook, aunque quizá la principal preocupación es la obtención de datos a través de las agendas de direcciones que los usuarios tienen en los teléfonos al bajar la aplicación. Jacob Kohnstamm, jefe del Grupo de Trabajo Protección de Datos del Artículo 29 de la UE, ha señalado que algunas naciones de la zona al enterarse de la fusión podrían decidir investigar también este producto como ya hace el organismo holandés que él también preside, pues puede resultar muy tentador utilizar todos esos datos contenidos en las agendas del teléfono con fines por completo distintos.
De hecho, las reacciones por parte de los distintos países no se han hecho esperar. Por ejemplo, el responsable de la oficina de regulación de la privacidad en las comunicaciones en Alemania, Thilo Weichert, conocida esta compra, ha desaconsejado utilizar Whatsapp, entre otras razones, porque el usuario queda desprotegido al no responder ni Facebook ni Whatsapp a las leyes de protección de datos europeas.
Según el propio Weichert, “WhatsApp es una forma insegura de comunicarse y tiene serios problemas de seguridad y privacidad” asegura en un comunicado, intentando convencer a los usuarios para que utilicen herramientas que se adecúen a las leyes de la Unión Europea.