La semana pasada trascendió a los medios de comunicación que un usuario de origen búlgaro, Bogomil Shopov, había comprado por 5 dólares a la empresa Gigbucks, una empresa online, los datos personales de un millón usuarios de la red social Facebook, al publicar en su blog los nombres y apellidos, dirección de email y perfil de Facebook de tales usuarios.
Lo chocante es que ese bloguero afirmaba en el mismo blog de la publicación haber comprado la información de forma legal.
Si bien la empresa vendedora y facilitadora de información a terceros a través de aplicaciones de búsqueda ya ha retirado ese servicio entre sus ofertados, lo cierto es que los datos personales de usuarios de Facebook en Estados Unidos, Canadá y Europa estuvieron accesibles por cualquier persona en Internet tanto en el blog de Bogomil como a través de buscadores de Internet como Google durante varias horas, pudiendo haber efectuado una copia de esos datos personales otros usuarios.
Según declaraciones de un portavoz de Facebook, la red social confirma haber sufrido problemas para el mantenimiento de la privacidad de los usuarios como exige nuestra normativa europea lo que es un reflejo de la poca concienciación existente en la Red sobre la protección de nuestros datos personales.