Microsoft ha actualizado su política de privacidad para explicar el uso que hace de los datos Kinect de Xbox One.
Aunque afirma que aquellos datos de reconocimiento facial y corporal serán privados no garantiza la privacidad de las conversaciones que se realicen a través del controlador de juego.
Por lo que respecta a la cámara de Kinect que reconoce al usuario, se podrá generar un mapa facial único para cada jugador si así desea el usuario midiendo el dispositivo la distancia entre puntos clave de su cara creando así un valor en número que le representa en exclusividad, pero el valor sólo se almacena de forma local.
También afirma Microsoft que el reconocimiento de los gestos de la cara o manos utilizados en algunos de los juegos no se usará para identificar a las personas que jueguen y la información sobre el esqueleto que Kinect genera mediante los datos de distancia entre articulaciones para una mejor experiencia de juego se guardan durante cada sesión pero al finalizarla se destruyen.
Distinta es la declaración que hace en su privacidad sobre las comunicaciones mediante voz que se lleven a cabo en los juegos en línea y que serán monitorizados hasta donde su ley estadounidense les deje, más permisiva que nuestra ley estatal, aunque hacen una declaración de buena voluntad de no pretender monitorizar todos los servicios y que su Xbox One no escuchará las llamadas de Skype.
Finalmente por lo que respecta al control de la consola mediante comandos de voz se puede desactivar la opción de que no se envíen esos datos a Microsoft que los utilizaría para mejorar su producto.
En cualquier caso, si esos datos ya hubieran sido recogidos serán enviados a la compañía y no podremos ni recuperarlos ni solicitar que sean eliminados.